El mentoring es una práctica de enseñanza donde el experto actúa como asesor de otro profesional menos avanzado. El mentor aporta su experiencia y conocimientos para lograr una transformación profesional de su tutorizado. Suelen ser programas con mucho éxito, ya que mejoran la retención de talento, mejoran la comunicación y el compromiso con la empresa. 

A raíz de estos programas, se observó que la enseñanza era reciproca, ya que los mentores también obtenían valiosos conocimientos de sus tutorizados. De este concepto nace el mentoring inverso, como respuesta a la necesidad de acercar las nuevas tecnologías y herramientas digitales a los profesionales seniors. Y son los talentos más jovenes quienes están más preparados para esta labor, ya que son nativos digitales. 

Uno de los principales retos para las empresas es gestionar una plantilla de profesionales donde conviven Babyboomers, Generación X, Millenials y Generación Z. Por ello, es primordial crear procedimientos que favorezcan el entendimiento y el intercambio de conocimiento entre profesionales de distintas generaciones. Ante esta situación, el mentoring inverso es una clara solución. 

¿Qué objetivos consigue el mentoring inverso?

#1

Vencer los conflictos intergeneracionales.

#2

Fomentar el compromiso y el trabajo en equipo.

#3

Impulsar el liderazgo de talentos más jovenes.

#4

Orientar la actividad empresarial hacia los consumidores del futuro.

¿Principales ventajas?

Para el mentorizado supone una nueva forma de percibir las relaciones sociales dentro de la empresa y conocer más de cerca al talento más joven desde sus inquietudes, motivaciones, problemas y necesidades. Lo que les lleva a ser más comprensibles con los empleados jóvenes.

Para el mentor supone una motivación y poseen mayor sentimiento de pertenencia a la empresa. Trabajar junto a los trabajadores senior hace que la curva de aprendizaje se vea notablemente reducida.